Veréis, a ninguna nos hace ni la más mínima gracia que nos cambien de la noche a la mañana nuestra base de maquillaje, máxime cuando es vital para nosotras... y para el resto de la humanidad ( si no queremos que nos vean con cara de troll destronado desde primera hora de la mañana...)
Así que os podéis imaginar el disgusto que me llevé al saber que desde Clinique, habían decido dejar de traer mi base y sin el más mínimo aviso. Sí, vale que una sea maniática y demás, pero cuando una cosa te funciona, porqué no te llaman directamente desde Clinique para decirte:
"Querida usuaria, hemos decido quitarte tu maquillaje, así que o te coges otro o te puedes ir a freir puñetas. Que pases un buen día, grassssssssssssssss"
Así que, con un cabreo bastante monumental, tuve que decirte adios...
Y dejar paso a las nuevas generaciones, no sin un pequeño resquemor ante lo nuevo por mi parte...
Pero cuál fue mi sorpresa, Oh my God, al descubrir que esta base de maquillaje, aparte de dejarte la cara como el culito de un bebé, suave y sin imperfecciones, huele a Baileys.
Y una, que es como es y todo lo prueba, pues a ello que fui directa, total, una gotita de maquillaje chupada no me hará nada...
Pues no solo no me hizo nada sino que encima el jodío está súper rico... ñam!
Así que muchachas, esta base, aparte de cumplir sus funciones como la que más, encima está rica.
Hice un experimento también, por eso de no ser la única boba que chupara el maquillaje...; Así que en esos momentos en los que estáis en pareja y te pegan un lametón en toda la cara, todas pensamos: Oh my Jesus Christ, voy a saber a maquillaje que te mueres! Pero con esta base, todos te dirán: Qué rica estás, sabes dulce, ñam!
Y mira, ya me veo algún día confundiendo la frasca del maquillaje como si de Baileys se tratara...
Un placer delicioso!
